martes, 27 de enero de 2015

Tesoros falsos en el Vaticano

Descubrieron dos momias egipcias falsas en un museo del Vaticano.

Fue durante una restauración de piezas de arte.Miden 60 cm. de largo y fueron fabricadas en el siglo XIX. Lo único de la época faraónica son las vendas.

En medio de un proceso de restauración, especialistas descubrieron que dos supuestas momias egipcias que tanto se parecen a las de la época faraónica, en realidad fueron fabricadas durante el siglo XIX. Estas dos momias analizadas miden aproximadamente 60 centímetros de largo. “Los resultados de los análisis han revelado que están fabricadas con el mismo método y que presentan las mismas particularidades”, explicó Alessia Amenta, directora de la sección Antiguo Egipto y Oriente Próximo del Museo Vaticano. Amenta fue la encargada de dirigir la investigación sobre las momias y contó con la ayuda del profesor Ulderico Santamaria y su asistente Fabio Morresi.

El único elemento de la época faraónica hallado en las momias analizadas son las propias vendas, que datan del año 2.000 A.C. Sin embargo, están recubiertas por una resina que sólo se encuentra en Europa.“Las vendas son de la época faraónica, pero están cubiertas por una resina que no se encuentra en Egipto, sino en Europa”, explicó Amenta. También dijo que el rostro infantil representado sobre las vendas fue dibujado en una lámina de estaño y cubierto por una resina para que tuviera aspecto de dorado antiguo: “una técnica típica del siglo XIX inglés”. En relación con su contenido, una tomografía realizada en el Hospital Martino de la ciudad de Messina, al sur de Italia, sobre una de las momias reveló que en su interior solo hay “una tibia humana, pero de un adulto de la época medieval”. “Un montaje estudiado para engañar a los coleccionistas más incautos”, explicó Amenta.

¿Cómo es posible que en un museo del Vaticano haya sucedido algo así? En el siglo XIX estalló una auténtica pasión por todo lo relacionado con Egipto a raíz de las campañas militares de Napoleón Bonaparte, el descubrimiento de la piedra de Rosetta y la traducción de sus jeroglíficos por parte de Jean-Francois Champollion. Proliferaban las piezas egipcias y no se contaba con los instrumentos que hay hoy para descubrir su falsedad. Era la época del Romanticismo y los viajeros que atravesaban Egipto, en su mayoría británicos, solían volver a sus casas con estas piezas, que exhibían muchas veces sin ser conscientes del fraude. Amenta también ha descubierto otras cuarenta momias falsas repartidas por los museos de toda Europa. Por el momento se desconoce la procedencia de las del Vaticano, pero ya preparan una instalación para darlas a conocer.

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