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El pasado miércoles fueron detenidos por corrupción el alcalde de Venecia, Giorgio Orsoni, y otras 32 personas, entre las que destacan un consejero regional, varios empresarios, un juez del Tribunal de Cuentas y hasta un general jubilado. Se los acusa de malversación de fondos, corrupción y lavado de dinero, salpicando a todo el arco parlamentario de Venecia, desde el Partido Democrático al que pertenece el alcalde hasta Forza Italia (de la centro-izquierda a la centro-derecha). La denuncia detalla el haber desviado más de 20 millones de euros del presupuesto público de la construcción del proyecto Moisés, un sistema compuesto por 78 grandes compuertas para salvaguardar la laguna y la ciudad de la elevación del nivel del mar.
Es sabido que Venecia se hunde cada día un poco porque está asentada sobre islotes y millones de estacas que descansan en un fondo de limo. La alarma cundió al observarse que este proceso avanzaba más rápidamente de lo previsto. En concreto, el suelo se hunde a razón de dos milímetros cada año, cuando se estimaba que lo hacía cuatro centímetros por siglo. Pero el problema no es este declive del suelo y su ligero desnivel hacia el Este, sino el efecto combinado con el leve aumento del nivel del mar a causa del cambio climático.
Para evitar que la ciudad sucumba se ideó un ambicioso plan para construir 78 compuertas capaces de cerrar los tres grandes pasos de agua que unen la laguna de Venecia y el mar abierto. Se le llamó Proyecto Moisés, no por el personaje de la Biblia, sino por las siglas MOSE (módulo experimental electromagnético). El plan Moisés, iniciado en 2007, ha resultado ser una obra faraónica que ya lleva gastados cinco veces los 10.000 millones de euros inicialmente presupuestados. En 711 páginas de sumario, la fiscalía denunció "fondos negros que fueron utilizados para campañas electorales y también para uso personal" por parte de personas de la centroizquierda y de la centroderecha. El fiscal jefe, Luigi Delpino, explicó que el sistema funcionaba a través de triangulaciones de dinero y fondos negros obtenidos a través de falsas facturas infladas, por un total de 25 millones de euros.
Venecia se hunde pero no por el agua ni los cambios climáticos sino por la cloaca que se ha destapado tras las acusaciones de corrupción.
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Fuente: EFE
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