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El municipio italiano de Ferrara fue reconocido por la UNESCO en 1995 como Patrimonio de la Humanidad por ser, entre tantas cosas, la primera ciudad moderna de europa construida en el siglo XIV por Biagio Rossetti y que aún conserva el estilo y los materiales arquitectónicos de aquella época.
Una de esas bellezas históricas y culturales es el Castello Estense, también conocido como el castillo de San Miguel debido a que la primera piedra que le dio origen se colocó el día de ese santo. Construido en 1385 y rodeado por las aguas del foso es conocido como el edificio más representativo de la ciudad, utilizado en su época como un fortín militar. Es un edificio de ladrillos cocidos que tiene 4 torres y está ubicado en el centro de la ciudad. En su interior se encuentran el Jardín de los Naranjos del siglo XV, el Salón de los Juegos y la Capilla de Renata de Francia.
Dentro de los palacios más visitados esta el Palazzo della Ragione (Palacio de la Razón), construido con ladrillos a comienzos del siglo XIV siguiendo un estilo gótico. La construcción original fue remodelada luego de la Segunda Guerra Mundial, debido a un incendio que destruyó parte del palacio. Otro de los edificios emblemáticos y con mayor concurrencia es el Palazzo dei Diamanti (Palacio del Diamante), caracterizado por las 8500 puntas en forma de diamante de la fachada, que le dan el nombre y crean un efecto de luz y de sombra muy particular. En este lugar se pueden apreciar la Pinacoteca Nacional con pinturas importantes de la Escuela de Ferrara como los frescos del Triunfo de San Agustín de Serafino de Modena. Cerca del Palazzo del Comune (Palacio municipal), reconstruido en estilo neogótico, esta la Catedral de Ferrara dedicada a su patrono San Jorge, es sede de la Arcidiócesis de Ferrara-Comacchio, su fachada es de estilo gótico pero su interior es de estilo barroco, sobre todo en la zona del ábside con la representación del Juicio Universal.
La cocina de Ferrara está muy ligada a su historia con la corte de los Este, por eso ofrece platos ricos y elaborados con productos de la zona. De entrada se puede saborear el “Pasticcio” de camarrones, los “Capelacci” a la calabaza, el Risoto a la focha y a la anguila. Para los segundos platos están los Caracoles a la ferrarese, el Bacalao escabechado en vinagre de manzana y “La salama di sugo”, un salchichón cocido con carne de cerdo y vino tinto. Entre los postres, los más tradicionales son el “Panpepato” , creado por monjas del convento de clausura en el siglo XVI, es un dulce compuesto por harina, miel, chocolate, canela, frutas confitadas y cascaras de naranja y limón. Los “Mandorlini del ponte”, galletas de almendras; el “Topolino de Comacchio”, presente sobre todo en el Día de los Difuntos; y la “Torta Tenerina”. Los habitantes de Ferrara recomiendan no perderse del pan típico de la ciudad, llamado “Coppia”, para acompañar a los embutidos saboreando los vinos que elaboran.
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Fuente y Foto: Tripadvisor, Italia.it, El Pais seccion viajes, Comune de Cremona
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